Tiempo

Como te escurres, fluído, sin barreras, de entre estas cuatro paredes que me encierran, poniendo límites a lo imaginable, a lo real, y tu que escapas sin embargo a todos estos baches. Eres el punto y final en mis textos, la última voluntad de un difunto, quien barre las lágrimas de los ojos y quien vuelve a llevarlas a ellos; eres el todo y la nada, creador, destructor; todo lo das, todo lo quitas; sin ti nada valdría nada, pero contigo todo no vale de nada. No importa como sean las cosas, ni grandes ni pequeñas, buenas ni malas, blancas o negras, lo barres todo a tu paso. Te cebas en tu cruel holocausto con los días sin importarte si algún día habrá juicio por tus actos. Pasado presente y futuro, como un límite inalcanzable, vas borrando lo que tuve y creando lo que tendré, me mantienes en el aire durante unos segundos, segundos de los que tu eres dueño, quitandome el camino recorrido y poniendome un nuevo tramo a seguir.

Y tu, dueño de todo, pasado presente y futuro, ¿dices dominarme? Puedes arrebatarmelo todo, quítamelo, viajas por un lado del mundo, mas por el otro apenas puedes rozarlo, el recuerdo y la imaginación, mas allá de lo que se ve, tras el lienzo, podemos ver mucho mas de lo que nos das con tu existencia. Puede que me quites las cosas que amo, que no me des lo que anhelo, que me hagas correr, sufrir, gritar y desesperarme como un discípulo del reloj, atento a no incumplir sus inquebrantables órdenes, avanzando por la vida a cada segundo empujado por tus invisibles manos. Pero jamás podrás arrebatarme nada de lo que tengo en mi imaginación, nada de lo que hay en mi corazón; ni recuerdos, sueños, deseos, rencores y dolores, nada, ni lo bueno ni lo malo, podrás arrebatarmelo. Ven a por mi, este es mi desafío, el humano contra el tiempo, el pez contra la corriente, el ave contra los cuatro vientos. ¿Quieres mi cabeza? Tomala, no servirá de nada, mi alma es mía y se filtra por las paredes, jamás sabrás donde estoy, quizá detrás de ti, recordando mi pasado, quizá muy por delante, imaginandome un futuro. Dueño de mi intuición, poseedor de la llave de mis recuerdos, lo tengo todo en mis manos, mi pasado, mi presente y mi futuro. Puede que no pueda huir de tu empuje, sucumbiré a tus garras en mi último segundo, pero jamás serás mas que un soñador; jamás serás mas que aquellos que somos capaces de hablar con lo que no tiene oidos, de esperar respuesta de aquello que no tiene voz. Puede que esté loco, pero por si acaso, hoy grito al tiempo que no vale la pena que intente amargarme la existencia, que no puede hacerme correr, que no podrá conmigo, no mientras pueda volar, no mientras navegue perdido en este mar de sueños, no mientras haya almas vagando a mis lados, siguiendo mis pasos como yo sigo los suyos, solo por si acaso, por si en algún momento se creyó el tiempo dueño de mis actos, pueda ver que siempre estuvo, y, dueño de su futuro, siempre estará equivocado. Pobres de aquellos que se resignan ante los tiempos y sus fauces que todo lo borran, inconscientes de que siempre pueden dejar oculta una marquita en sus almas y hacer que todo exista, eternamente, en los recuerdos, aún en la muerte, aún en el infierno.

[...]

Hoxe o tempo escúrrese entre as miñas mans, como fina area que escapa dos puños dun neno, hoxe os recordos volven a min, voltei a recordar, como vos coñecin, como un día o tempo fixo que as almas pasasen preto e dende entón, mais ou menos, viaxan xuntas pola vida. O tempo xamais poderá borrar iso, esas ligazóns son eternas, son a proba de que o tempo non pode con todo, son as excepcións a regra universal do que sempre remata, as pequenas marcas que deixa unha amizade, un amor, mesmo un odio profundo, sempre sempre quedarán ai, testigos do paso do tempo, que un día arrebatounos o que tiñamos, mais non o que tivemos nin quereríamos ter.